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Estrés asistencial en los servicios de salud: ¿por qué es tan preocupante?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que se perciben como amenazantes. Cuando hablamos del estrés asistencial en los servicios de salud, nos referimos al estrés que sufren los profesionales sanitarios en el ejercicio de su labor diaria. Esta situación puede llevar a consecuencias graves tanto para el profesional como para el paciente.
El aumento de la demanda en los servicios de salud y la falta de recursos tanto económicos como humanos, ha llevado a una sobrecarga en el trabajo de los profesionales de la salud. En este contexto, las exigencias físicas y emocionales a las que están sometidos, pueden generar altos niveles de estrés y desgaste psicológico.
Consecuencias del estrés asistencial en los servicios de salud
En el profesional sanitario
- Síndrome de Burnout: se trata de un estado de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal debido a una exposición continuada al estrés laboral
- Problemas de salud física y mental: estrés, ansiedad, depresión, insomnio, dolores de cabeza, digestivos, musculares, entre otros
- Problemas en las relaciones interpersonales: dificultad para establecer relaciones saludables con los compañeros y las personas de su entorno personal
En el paciente
- Errores médicos: derivados del cansancio, la falta de atención o el agotamiento emocional
- Baja calidad de atención: debido a la falta de motivación y la dificultad para relacionarse correctamente con el paciente
- Incremento de la mortalidad: en casos extremos, la sobrecarga de trabajo y el estrés pueden generar situaciones de negligencia que pueden terminar en muertes evitables
¿Cómo prevenir el estrés asistencial?
Es fundamental tomar medidas para prevenir este tipo de estrés, para lo cual podemos establecer algunos consejos prácticos:
- Comunicación: fomentar la comunicación y el trabajo en equipo, ayuda a sentirnos acompañados y tomar mejores decisiones.
- Establecer límites: establecer horarios de trabajo realistas y garantizar el descanso y las reuniones con amigos y familiares son actividades que ayudan a mantener el equilibrio.
- Cuidar la salud: la práctica de ejercicio físico, una buena alimentación y una vida saludable, reducen la incidencia de enfermedades y el estrés.
- Asistencia psicológica: contar con el apoyo de profesionales de la salud mental, no está de más para recibir asesoría.