Estrés térmico

Estrés térmico

Estrés térmico: ¿Qué es y cómo afecta nuestro organismo?

El estrés térmico es una respuesta fisiológica que se produce en el organismo cuando existe una exposición prolongada a condiciones extremas de temperatura, ya sea caliente o fría. En concreto, el estrés térmico se activa cuando se supera el umbral de confort térmico, es decir, cuando el cuerpo humano no puede regular su temperatura interna de manera efectiva.

Tipos de estrés térmico

Existen dos tipos de estrés térmico: el estrés térmico por calor y el estrés térmico por frío.

El estrés térmico por calor se produce cuando la temperatura del ambiente supera la del cuerpo humano (que se sitúa alrededor de los 36,5 grados centígrados). Esto puede ocurrir en ambientes muy calurosos o en situaciones de ejercicio físico intenso.

Por otro lado, el estrés térmico por frío se produce como respuesta al descenso brusco de la temperatura ambiente. En este caso, el organismo trata de mantener su temperatura interna a toda costa y puede ser víctima de hipotermia.

Reacciones del organismo frente al estrés térmico

El estrés térmico provoca una serie de reacciones en el organismo, que pueden ir desde cambios fisiológicos hasta efectos psicológicos.

Entre las reacciones fisiológicas, destacan la sudoración, el aumento del ritmo cardíaco o la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos. Todas estas respuestas tienen por objetivo regular la temperatura interna del cuerpo.

A nivel psicológico, el estrés térmico puede provocar fatiga, irritabilidad, falta de concentración e incluso alteraciones en el sueño. Estos síntomas pueden ser más evidentes en personas que tienen una menor tolerancia al calor o al frío.

Cómo prevenir el estrés térmico

Para prevenir el estrés térmico, es fundamental seguir una serie de medidas preventivas, sobre todo en situaciones de elevadas temperaturas.

En primer lugar, es importante mantenerse hidratado, bebiendo agua con frecuencia. También es aconsejable vestir ropa ligera y transpirable, que permita la evaporación del sudor.

Por otra parte, conviene evitar las horas de más calor y los lugares con altas temperaturas, como saunas o piscinas calientes. En caso de realizar ejercicio físico en días de calor, es recomendable hacerlo en las horas de menos calor, como la mañana o la tarde, y no hacerlo en las horas centrales del día, donde la temperatura suele ser más elevada.

En definitiva, el estrés térmico es una respuesta fisiológica normal del organismo ante condiciones extremas de temperatura, ya sean calurosas o frías. Sin embargo, es importante tomar medidas preventivas para evitar que este estrés se convierta en un problema de salud. Beber mucha agua, vestir ropa adecuada y evitar lugares extremadamente calurosos son algunas de las claves para prevenir el estrés térmico.

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